Todo comienza con la ilusión de un hombre inquieto, Juan de Porcioles, quien siempre había soñado con vivir en el campo, cultivar la tierra y criar su propia ganadería… Fue así como en 1992, la familia Porcioles-Buixó adquiere la propiedad.
Desde entonces, con esfuerzo y entusiasmo se trabaja en ella, dotándola de un carácter y singularidades propios. Hoy se la conoce como Finca de Flix. A la vez, Juan de Porcioles, gran apasionado del mundo del vino, iba desarrollando la idea de cultivar su propio viñedo con el fin de elaborar vinos con una marcada personalidad y de la más alta calidad.